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Segregacion
y Fascinacion
Fraternidad
Hay una referencia de Lacan a Tótem y Tabú, en
el Seminario XVII: el mito del asesinato del padre, es llamado fábula,
payasada darwiniana, historia increíble; según el relato
freudiano, a partir del asesinato del padre, los hijos descubren que son
hermanos, ahí surge la fraternidad, y justamente ese empeño
que ponemos en ser todos hermanos prueba que no lo somos.
Lacan dice: "Sólo conozco un origen de la fraternidad, es la segregación",
más adelante agrega "...todo lo que existe se basa en la segregación,
incluso no hay fraternidad que no pueda concebirse sino por estar separados
juntos".
Es interesante que Lacan apunte al origen de la fraternidad como segregación;
para hermanar hace falta un significante, es necesario un significante
en tanto la fraternidad se basa en la segregación, en tanto en lo
real no hay nada que hermane, no hay comunidad de goce.
Hay que establecer una diferencia entre segregación y discriminación,
el racismo es un modo de la discriminación, es efecto de discurso,
entendiendo que discurso es un orden establecido en lo real por medio del
lenguaje, el discurso del Amo constituye un todo, intenta producir un modo
uniformado de gozar, allí donde se juega la singularidad más
radical del sujeto, en el registro de la pulsión, llamado por Freud
malestar en la cultura. El discurso del Amo instituye un conjunto de amos
y un conjunto de esclavos. No hay racismo sin discurso. La discriminación
no se reduce a un problema de lenguaje o de identificación, hay
un aspecto del discurso que no es significante: el goce, en ese sentido
el discurso es un modo de gozar, por lo tanto el discurso del amo tiende
a uniformar el plus de gozar, a hermanar los modos de gozar.
El planteo lacaniano de pensar el racismo en relación al Goce del
Otro, lo podríamos formular así, se trata de constituir un
Otro ante lo insoportable del goce. Del mismo modo que la histeria constituye
la Otra ante el significante de la mujer que falta. Ante lo insoportable
de lo hetero del goce, de lo extranjero del goce, se constituye un Otro,
el extranjero, el negro, el turco, el judío.
Justamente la posición del sujeto es ser extranjero, y fundamentalmente
en lo más íntimo, Freud refiere a ese "algo otro"(andere
etwas) Lacan plantea lo éxtimo del objeto a . Respecto de los
analistas, Lacan nos dice más bien que hay uno por uno.
En el Seminario XVII, hay un párrafo donde plantea: "Freud produjo
cierto número de significantes amo que cubrió con el nombre
de Freud, ¿Cómo se puede creer que si los analistas son lo
que son es a causa de alguna devoción por el nombre de Freud?, no
pueden desembarazarse de los significantes amo de Freud, inconciente, seducción,
traumatismo, fantasma, yo y ello. No tienen a este nivel ningún
padre al que matar, ...no se es padre de significantes, como máximo
se es a causa de".
La constitución de la IPA plantea una hermandad psicoanalítica,
sostenida en los S1 de Freud. Lacan dice "no se es padre de significantes",
"se es a causa de" ¿pero ésta es una causa común?
Más bien habría que decir que la cuestión de la causa,
descompleta el todo, el conjunto de analistas, sólo hay uno por
uno, ya sea como campo, escuela o institución.
Estructura de masa y mirada
Hay dos referencias: la primera, en el capítulo de "Enamoramiento
e hipnosis" de Psicología de las masas y análisis
del yo y la segunda, en el último capítulo del Seminario
XI donde Lacan retoma para señalar ¿Qué distingue
el psicoanálisis de la hipnosis?.
Freud señala que tanto en el enamoramiento como en la hipnosis,
el objeto se ha puesto en el lugar del Ideal del yo.
Plantea que el trecho que separa el enamoramiento de la hipnosis no es
muy grande, la misma sumisión humillada, igual obediencia y falta
de crítica hacia el hipnotizador como hacia el objeto amado.
Específicamente agrega, el hipnotizador es el objeto único,
no se repara en ningún otro además de él. Lo que él
pide y asevera es vivenciado oníricamente por el yo; sin embargo
señala una diferencia con el enamoramiento: "El vínculo hipnótico
es una entrega enamorada irrestricta que excluye toda satisfacción
sexual".
Podemos traducir aquí satisfacción sexual por pulsión,
la hipnosis es un recurso, ante el malestar que implica la inadecuación
de la pulsión, como más allá del principio de placer.
Es un recurso que aparta la pulsión, que podemos retomarlo con la
formulación de Lacan en el Seminario XI, cuando dice que el sujeto
llama al analista a encarnar el Ideal, en tanto la transferencia es aquello
que de la pulsión aparta la demanda, el deseo del analista reconduce
la demanda a la pulsión.
Por otro lado la sumisión humillada, esa entrega irrestricta es
una puesta en acto de la realidad fantasmática, constituyendo un
Otro en su máxima consistencia, que excluye "toda satisfacción
sexual", a no ser que la satisfacción se juegue en la sumisión
misma.
Freud agrega que la hipnosis contiene un suplemento de parálisis
que proviene de la relación entre una persona de mayor poder y una
impotente, desamparada, lo cual acaso nos remite a la hipnosis por
terror de los animales.
Es interesante señalar aquí el desamparo y el terror; el
desamparo que Freud remite al estado de indefensión del sujeto,
como invasión económica ante la cual no puede responder,
que llama angustia traumática. Esto se conecta con los sueños
traumáticos, donde ese sueño que muestra, que es diverso
a los sueños como cumplimiento de deseo, en tanto escritura en imágenes,
los sueños traumáticos producen un efecto de anonadamiento
del sujeto, análogo a esta parálisis de terror que menciona
Freud, sueños ante los cuales el sujeto sólo puede responder
despertándose. Sin embargo el fenómeno hipnótico es
diferente del sueño traumático: la hipnosis ofrece un marco
en la conjunción del Ideal y el objeto.
La hipnosis nos da la clave de la estructura de masa, porque es idéntica
a ella, y justamente la fascinación colectiva, realidad en ascenso
en el momento en que Freud escribe ese artículo, llevó a
las más horrorosas pesadillas.
Lacan nos dice que el nudo de la hipnosis es la mirada del hipnotizador,
en tanto objeto a, así como cualquier cosa brillante que cumpla
esa función de fascinación. Algo que mira antes de que haya
alguien para ver, en ese sentido la estructura de la hipnosis es la confusión
del Ideal del yo con el objeto a, que implica un anonadamiento del sujeto.
Por lo tanto, la distinción fundamental entre psicoanálisis
e hipnosis, se juega en el mecanismo fundamental de la operación
analítica, el mantenimiento de la distancia entre el Ideal y el
objeto a.
Lacan dice que le cabe al analista ocupar el lugar del hipnotizado, que
no es fascinado sino más bien advertido. El análisis sería
una hipnosis a la inversa en tanto no produce un efecto hipnótico
sino neurosis de transferencia, pone en juego la repetición para
desarticularla.
En el esquema que Freud produce en "Enamoramiento e hipnosis" de
la estructura de la masa, es interesante que ubique en la confluencia del
objeto con el Ideal, una comunidad entre los puntos del Ideal y entre los
puntos del yo, pero aunque sitúa un supuesto objeto externo, no
hay comunidad de objetos.
Por lo tanto, la fraternidad que constituye la identificación, deja
encubierta la segregación estructural, eso de estar "separados juntos".
Lacan dice que ir más allá del plano de la identificación
es posible. En la medida en que el ser del sujeto se pone en juego en el
fantasma, dando consistencia al Otro. El psicoanálisis intenta transmitir,
en tanto conduce al sujeto al encuentro con: "no sé qué soy
para el Deseo del Otro", fórmula que da cuenta de la castración
del Otro, y más aún, no hay Otro, no hay universo del discurso.
Lacan nos dice que la castración no es un fantasma, en cambio el
padre castrador sí es un fantasma, fantasma que sostiene el problema
económico del masoquismo. Más allá de los límites
de la ley moral del Padre, implica que se puede prescindir de él,
a condición de servirse de él. De este modo podemos decir
que el síntoma, que sostiene el sentido del sufrimiento neurótico
en tanto anudamiento entre simbólico e imaginario, servirse de este
recurso nos deja para el pase la pregunta ¿Cómo vive la pulsión
aquel que ha atravesado el fantasma fundamental?.
BIBLIOGRAFIA
Freud, Sigmund. Psicología de las masas y análisis del
yo. A.E.XVII. Bs.As., 1984.
Lacan, Jacques. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Sem. XI. Paidós. Bs.As. El reverso del psicoanálisis.
Sem. XVII. Paidós. Bs.As.,1992.
Soler, Colette. Reportaje sobre el racismo. Revista Freudiana. Barcelona,
1991
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