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Edition : François Morel

Comment devient-on un homme ou une femmme?
AMBIGUÏTES SEXUELLES, par Geneviève Morel

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Segregacion y Fascinacion

Mario Goldenberg
 

 

Fraternidad
Hay una referencia de Lacan a Tótem y Tabú, en el Seminario XVII: el mito del asesinato del padre, es llamado fábula, payasada darwiniana, historia increíble; según el relato freudiano, a partir del asesinato del padre, los hijos descubren que son hermanos, ahí surge la fraternidad, y justamente ese empeño que ponemos en ser todos hermanos prueba que no lo somos.

Lacan dice: "Sólo conozco un origen de la fraternidad, es la segregación", más adelante agrega "...todo lo que existe se basa en la segregación, incluso no hay fraternidad que no pueda concebirse sino por estar separados juntos".

Es interesante que Lacan apunte al origen de la fraternidad como segregación; para hermanar hace falta un significante, es necesario un significante en tanto la fraternidad se basa en la segregación, en tanto en lo real no hay nada que hermane, no hay comunidad de goce.

Hay que establecer una diferencia entre segregación y discriminación, el racismo es un modo de la discriminación, es efecto de discurso, entendiendo que discurso es un orden establecido en lo real por medio del lenguaje, el discurso del Amo constituye un todo, intenta producir un modo uniformado de gozar, allí donde se juega la singularidad más radical del sujeto, en el registro de la pulsión, llamado por Freud malestar en la cultura. El discurso del Amo instituye un conjunto de amos y un conjunto de esclavos. No hay racismo sin discurso. La discriminación no se reduce a un problema de lenguaje o de identificación, hay un aspecto del discurso que no es significante: el goce, en ese sentido el discurso es un modo de gozar, por lo tanto el discurso del amo tiende a uniformar el plus de gozar, a hermanar los modos de gozar.

El planteo lacaniano de pensar el racismo en relación al Goce del Otro, lo podríamos formular así, se trata de constituir un Otro ante lo insoportable del goce. Del mismo modo que la histeria constituye la Otra ante el significante de la mujer que falta. Ante lo insoportable de lo hetero del goce, de lo extranjero del goce, se constituye un Otro, el extranjero, el negro, el turco, el judío.

Justamente la posición del sujeto es ser extranjero, y fundamentalmente en lo más íntimo, Freud refiere a ese "algo otro"(andere etwas) Lacan plantea lo éxtimo del objeto a . Respecto de los analistas, Lacan nos dice más bien que hay uno por uno.

En el Seminario XVII, hay un párrafo donde plantea: "Freud produjo cierto número de significantes amo que cubrió con el nombre de Freud, ¿Cómo se puede creer que si los analistas son lo que son es a causa de alguna devoción por el nombre de Freud?, no pueden desembarazarse de los significantes amo de Freud, inconciente, seducción, traumatismo, fantasma, yo y ello. No tienen a este nivel ningún padre al que matar, ...no se es padre de significantes, como máximo se es a causa de".
La constitución de la IPA plantea una hermandad psicoanalítica, sostenida en los S1 de Freud. Lacan dice "no se es padre de significantes", "se es a causa de" ¿pero ésta es una causa común?
Más bien habría que decir que la cuestión de la causa, descompleta el todo, el conjunto de analistas, sólo hay uno por uno, ya sea como campo, escuela o institución.
Estructura de masa y mirada Hay dos referencias: la primera, en el capítulo de "Enamoramiento e hipnosis" de Psicología de las masas y análisis del yo y la segunda, en el último capítulo del Seminario XI donde Lacan retoma para señalar ¿Qué distingue el psicoanálisis de la hipnosis?.

Freud señala que tanto en el enamoramiento como en la hipnosis, el objeto se ha puesto en el lugar del Ideal del yo.

Plantea que el trecho que separa el enamoramiento de la hipnosis no es muy grande, la misma sumisión humillada, igual obediencia y falta de crítica hacia el hipnotizador como hacia el objeto amado.

Específicamente agrega, el hipnotizador es el objeto único, no se repara en ningún otro además de él. Lo que él pide y asevera es vivenciado oníricamente por el yo; sin embargo señala una diferencia con el enamoramiento: "El vínculo hipnótico es una entrega enamorada irrestricta que excluye toda satisfacción sexual".

Podemos traducir aquí satisfacción sexual por pulsión, la hipnosis es un recurso, ante el malestar que implica la inadecuación de la pulsión, como más allá del principio de placer.

Es un recurso que aparta la pulsión, que podemos retomarlo con la formulación de Lacan en el Seminario XI, cuando dice que el sujeto llama al analista a encarnar el Ideal, en tanto la transferencia es aquello que de la pulsión aparta la demanda, el deseo del analista reconduce la demanda a la pulsión.

Por otro lado la sumisión humillada, esa entrega irrestricta es una puesta en acto de la realidad fantasmática, constituyendo un Otro en su máxima consistencia, que excluye "toda satisfacción sexual", a no ser que la satisfacción se juegue en la sumisión misma.

Freud agrega que la hipnosis contiene un suplemento de parálisis que proviene de la relación entre una persona de mayor poder y una impotente, desamparada, lo cual acaso nos remite a la hipnosis por terror de los animales.

Es interesante señalar aquí el desamparo y el terror; el desamparo que Freud remite al estado de indefensión del sujeto, como invasión económica ante la cual no puede responder, que llama angustia traumática. Esto se conecta con los sueños traumáticos, donde ese sueño que muestra, que es diverso a los sueños como cumplimiento de deseo, en tanto escritura en imágenes, los sueños traumáticos producen un efecto de anonadamiento del sujeto, análogo a esta parálisis de terror que menciona Freud, sueños ante los cuales el sujeto sólo puede responder despertándose. Sin embargo el fenómeno hipnótico es diferente del sueño traumático: la hipnosis ofrece un marco en la conjunción del Ideal y el objeto.

La hipnosis nos da la clave de la estructura de masa, porque es idéntica a ella, y justamente la fascinación colectiva, realidad en ascenso en el momento en que Freud escribe ese artículo, llevó a las más horrorosas pesadillas.

Lacan nos dice que el nudo de la hipnosis es la mirada del hipnotizador, en tanto objeto a, así como cualquier cosa brillante que cumpla esa función de fascinación. Algo que mira antes de que haya alguien para ver, en ese sentido la estructura de la hipnosis es la confusión del Ideal del yo con el objeto a, que implica un anonadamiento del sujeto.

Por lo tanto, la distinción fundamental entre psicoanálisis e hipnosis, se juega en el mecanismo fundamental de la operación analítica, el mantenimiento de la distancia entre el Ideal y el objeto a.

Lacan dice que le cabe al analista ocupar el lugar del hipnotizado, que no es fascinado sino más bien advertido. El análisis sería una hipnosis a la inversa en tanto no produce un efecto hipnótico sino neurosis de transferencia, pone en juego la repetición para desarticularla.

En el esquema que Freud produce en "Enamoramiento e hipnosis" de la estructura de la masa, es interesante que ubique en la confluencia del objeto con el Ideal, una comunidad entre los puntos del Ideal y entre los puntos del yo, pero aunque sitúa un supuesto objeto externo, no hay comunidad de objetos.
 
Por lo tanto, la fraternidad que constituye la identificación, deja encubierta la segregación estructural, eso de estar "separados juntos".

Lacan dice que ir más allá del plano de la identificación es posible. En la medida en que el ser del sujeto se pone en juego en el fantasma, dando consistencia al Otro. El psicoanálisis intenta transmitir, en tanto conduce al sujeto al encuentro con: "no sé qué soy para el Deseo del Otro", fórmula que da cuenta de la castración del Otro, y más aún, no hay Otro, no hay universo del discurso.

Lacan nos dice que la castración no es un fantasma, en cambio el padre castrador sí es un fantasma, fantasma que sostiene el problema económico del masoquismo. Más allá de los límites de la ley moral del Padre, implica que se puede prescindir de él, a condición de servirse de él. De este modo podemos decir que el síntoma, que sostiene el sentido del sufrimiento neurótico en tanto anudamiento entre simbólico e imaginario, servirse de este recurso nos deja para el pase la pregunta ¿Cómo vive la pulsión aquel que ha atravesado el fantasma fundamental?.
BIBLIOGRAFIA Freud, Sigmund. Psicología de las masas y análisis del yo. A.E.XVII. Bs.As., 1984.

Lacan, Jacques. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Sem. XI. Paidós. Bs.As. El reverso del psicoanálisis. Sem. XVII. Paidós. Bs.As.,1992.
Soler, Colette. Reportaje sobre el racismo. Revista Freudiana. Barcelona, 1991

 

 

 

 

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